La muerte se ha olvidado de nosotros.
Eso decía la gente
cuando nuestro autobús dio tres vueltas antes de impactar con la barrera y
nosotros salimos sin un rasguño. Fue un mes después de que se hubiera llevado a
nuestro padre el día del incendio. Milagros, uno tras otro o que un ángel nos
protegía eran las hipótesis más comunes.
Menos mal que papá consiguió la orden
de alejamiento, cosa que a mamá no le debió de sentar muy bien y estaba que
echaba chispas... Lo que nosotros no entendemos es por qué se le llevó con
ella, si no se soportaban.
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