viernes, 26 de febrero de 2016

Los etéreos: CAPíTULO 1

(Leer prólogo)
Capítulo uno: ETÉREOS:

Llegó diciembre y como todos los años se convocó la reunión de los etéreos, seres eternos en el tiempo e infinitos en el espacio que gobernaban, a veces involuntariamente, a las demás especies. Sobre todo a una raza; la humana. Era la que más se dejaba arrastrar por sus sentimientos; los cuales no siempre eran guiados por los etéreos más amables, por llamarles de alguna forma.

Nadie hasta el momento sabe como y porque los etéreos afectaban tanto a los seres mortales. Tanto a unos como a otros, desde a los ogros hasta a los elfos, pasando por todas las demás razas inteligentes. O por lo menos así consideradas, porque realmente más que sabiduría lo que tenían los ogros en la cabeza era un vacío que ni todos ellos con su gran tamaño podrían llenar.

Al principio de todo, infinitamente antes de lo más anterior que pudieses estarte imaginando, los etéreos no conocían a los demás seres. Directamente, no se conocían así mismos.

La Ignorancia por aquel entonces era de los más fuertes entre los etéreos, pero, como no, ella no lo sabía. Así, no pudo apreciar lo ventajoso de la situación y la posición en que la dejaba. Sabiduría en algún momento de este extraño proceso se dio a conocer y poco a poco colaboró a que los demás etéreos se conocieran a sí mismos.
Se podría decir que todo, para bien o para mal, empezó gracias a la ignorancia.

Y esto es aplicable a las cosas más pequeñas, pues hasta que no nos damos cuenta que ignoramos algo y nos sorprendemos por ello, no lo podemos saber.

Estos son uno de los momentos clave de Sorpresa, como no intervenga lo hace la Indiferencia y esta nubla a la Sabiduría de tal forma que hasta ella desconoce la razón, pero sencillamente no quiere saber el porqué.

Veréis, fue en el momento justo en el cual el primer Etéreo se descubrió, cuando el primer llanto de un bebé rompió el silencio de su hogar, abajo, en la tierra. Y no fue para nada, casualidad.

Suerte tampoco influyó, pues aún no se conocía a sí misma. La primera en conocerse, claro está, fue Sabiduría. Gracias a la ignorancia de la propia ídem (la Ignorancia).

Después de este gran suceso llamaron Nosué al bebé, un nombre común entre los humanos. También después del acontecimiento Sabiduría fue presentando a los etéreos a sí mismos, porque ella si que sabía quienes eran. Excepto en el caso de Duda, con la cual la costó decidirse, (si es que lo llegó a hacer).

Mientras ellos se descubrían y jugueteaban con los mortales seres de abajo, uno de ellos crecía. Uno bastante especial. Que había nacido bajo la sabiduría más inocente.


Uno al que habían llamado Nosué.

viernes, 19 de febrero de 2016

Los etéreos: PRÓLOGO

Prólogo:


“Eso” no era un héroe, ni tampoco un villano. Podía ser como ambas cosas pero, para bien o para mal, no dependía directamente de él.
“Eso” no era nadie, ni nada, que se pudiese tocar.
Pero había que denominarlo de alguna manera y lo llamaron PODER. Si, así, con mayúsculas y todo.
El poder era como una tarta en una fiesta de cumpleaños. Todos la prueban, todos pueden hacer cosas; pero hay algunos que se aprovechan y se comen toda. Estos últimos son los que hacen evolucionar al pequeño poder en el PODER. 
PODER en ocasiones entra en las personas y estas se dejan llevar, aunque los responsables de sus actos vallan a ser ellas. Porque aunque lo puede todo, aún quiere más, sobretodo si se encuentra con su íntima amiga Avaricia a la que normalmente tiene cerca. El PODER es una tentación y la Avaricia la que te la ofrece en bandeja de plata.
En las ocasiones que los dos están en contacto es cuando la persona que los alberga llega a ser un villano, nadie se ha resistido nunca, ninguno hasta el momento. 
Es demasiado y lo quieren poseer.
De avaricia hay mucho que contar, pero por ahora mencionaremos a lo único que comparten, uno de sus enemigos (si, también de esto quiere más y más). Es Valor.
Él, que primero discrepaba con PODER, (pues cuanto más se tenga más valor pierde); también tuvo sus diferencias con Avaricia que potenciaba los avances de su compañero.
Poder, el pequeñajo, era mas humilde y se llevaba bien con Esperanza pues las personas que lo llevaban consigo conseguían lo que querían, y eso si, no se aburrían. Podían nadar, bailar, leer, inventar, aprender.... Si querían, podían. Eso era lo que Poder les concedía.
A diferencia de este, PODER les garantizada una alta posición en la sociedad, tener a personas bajo su ley y mandato y ser la propia Justicia en sus numerosos territorios, (cosa que a Justicia no le hacia nada de gracia) además de ser ricos y a veces despiadados (por culpa de Crueldad, su tercero al mando), con sus súbditos.
PODER, al igual que su hermano pequeño, es del color del pórfido. El color de los emperadores recubre tanto su piel sus cabellos y ropajes. La gran diferencia entre ellos es el tamaño. Poder se podría calificar de adorable y optimista, mientras a que PODER no se le puede negar que es un coloso y que no da nada de buen rollo su presencia.
Ambos me recuerdan a emperadores romanos con sus capas y túnicas.

Y ambos también tendrán gran importancia en la vida de Nosué.

Continuará...

lunes, 8 de febrero de 2016

Pero, al menos, lo son.

El pueblo emanaba vida, desde el más pequeño niño hasta el anciano más sabio. Desde la más hermosa flor hasta el más traicionero espino.
Y yo tengo envidia, extraordinariamente siento, pero solo eso. Envidia.
Me odio por ello. Pera más odio a las piedras, que muertas y silenciosas siguen causando daño. Odio, no es un sentimiento. Es una certeza.
Esto no siempre fue así, pues todo cambia. Cuando todavía formaba parte de esa vida de la que me quería librar, pues no siempre fue alegre, yo pintaba. Me gustaba. Pintaba los esbozos de los acantilados y las montañas, que me llamaban, y yo los acababa plasmando en un lienzo.
Normalmente pintaba piedras, porque todavía no las conocía. Las piedras son malas, diabólicas, traicioneras…
Cuando terminaba un dibujo se lo regalaba a Pluma. Era mi amiga, un almendro. Ella me escuchaba y me comprendía. Ella era la única. Yo la regalaba bombones y entre los dos los merendábamos cada tarde, hasta que un día, hastiadas del chocolate solo la llevé mis pinturas. Pluma las observaba y me admiraba por ellas.
También yo la miraba embelesado por su vida. Era robusta y bella. A finales de invierno se vestía de blanco con un estampado de flores y dejaba sus ramas ondear al viento.  La gustaba el silencio como a mi. Ahora ya no, pues todo cambia. El silencio me oprime y me angustia. Siento envidia de lo que no puedo recuperar, de lo que antes me quería librar.
El pueblo era tan vivo como Pluma pero ellos me rechazaban. El sentimiento era mutuo, a ellos les gustaba esa vida.
En las fiestas todos estaban alegres, todos menos uno. Todos menos yo.
En estas celebraciones venía una feria al pueblo. No me gustan los payasos. Cuando les intentaba pintar eran tristes y si los dibujaba una sonrisa parecían siniestros. Como las piedras. Las piedras son malas, diabólicas, traicioneras, pero…
También había conciertos de música que rompían el silencio que antes me gustaba. Cuando estos venía yo me iba a los montes y a su silencio, con las piedras que yo creía amigas y me traicionaron.
Desde allí arriba pintaba el pueblo. Pero no como era, sino como me gustaría que fuera. Yo solo pintaba las casas, de piedra muerta, y si me encontraba de buen humor, pintaba a Pluma. Su vida si me gustaba.
Como todo cambia mi existencia cambió. Las piedras ayudaron a ello.
Las piedras…son malas, diabólicas, traicioneras… pero, al menos…
Querida Pluma:
Siento no poder ir hoy a enseñarte mi último dibujo. Quería sorprenderte y dibujar algo nuevo.
Quería enseñarte mi lugar favorito después de tu pradera. Es el acantilado, mi refugio ante la vida que me rodea.
Fui con mi carro lleno de lienzos vacíos, pinturas y colores grises dispuesto a pintar. No pude. Las piedras me lo impidieron.
Buscaba el lugar idóneo para plasmar todos sus recodos y sus grietas. No lo conseguí. Sus piedras me lo impidieron. 
Me arrastraron al vacío y caí con ellas. Ellas están muertas y me envidiaban. Yo las dibujaba ellas me traicionaron.
Lo siento querida Pluma, espero que me eches de menos. Lo siento porque cuando caía me sentí feliz, pues abandonada la vida que había odiado. Esa vida que tienes tu y que ahora, más que nunca, te envidio.
Por culpa de las piedras amo la vida y por ellas la perdí. Las piedras son malas, diabólicas, traicioneras, pero al menos lo son.
Adiós querida Pluma.

Yo, ya no soy nada.

domingo, 7 de febrero de 2016

Instrucciones para saludar desde un balcón.

 En primer lugar para que sea posible realizar esta acción sitúese en una estancia que posea balcón y que de, preferiblemente, a un lugar transitado si su saludo no está planificado con antelación.

Después acérquese a dicho balcón avanzando con decisión, pero no se exceda, pues instantes después ha de parar a una distancia adecuada de la cristalera que suele custodiar su salida.    

A menos que sus moléculas puedan volver a juntarse a otro lado del cristal usted deberá levantar su extremidad superior, con la que mejor se apañe o domine con mayor destreza, a la que llamaremos mano en futuras referencias, y agarrar fuertemente el pomo de la parte abatible del ventanal.

Después de esto, y al mismo tiempo que mantiene su cuerpo erguido, debe accionar la manilla, desplazar la puerta en el sentido de apertura y, dando un paso al frente, cruzar del interior al exterior, es decir: salir.

Pose sus manos sobre el elemento horizontal que le protege de caídas. En ese momento estará usted en posesión de la barandilla.

Ahora está preparado para buscar al sujeto que recibirá su saludo.

Asome medio cuerpo fuera, con la precaución de no sacar el otro medio, y observe el tráfico que transcurre por debajo, seleccione una persona (preferiblemente conocida, pues es a quienes se les suele saludar) y, cuando coincidan sus miradas alce una de sus manos, dejando la otra agarrada a la barandilla por precaución, y agítela suavemente mientras sostiene una sonrisa natural y no forzada en sus facciones.

Si tras varios intentos no les corresponden en el saludo o no encuentran sujeto conocido, gire su cuerpo 180º y entre, por donde salió, a la estancia para realizar cualquier otra acción sin olvidarse fuera la mano sujeta a la barandilla citada anteriormente. Advertencia: dependiendo del clima exterior sería recomendable volver a cerrar la puerta, después de entrar y no antes.


sábado, 6 de febrero de 2016

BIENVENIDOS!!!!

Bienvenidos a mi pequeño cuaderno. En el interior de sus tapas negras (si, son negras) encontrareis diversos mundos. Mundos a los que os invito a entrar y a participar. 
En estas páginas destintadas estarán relatados mis sueños, pensamientos y demás delirios que espero os gusten y los disfrutéis. Deseo que os sirva de portal, como a mi me sirven, para entrar en las vidas de los personajes, que les conozcáis y les entendáis, y quizá ellos os entiendan a vosotros. Puede que, simplemente, os sintáis identificados en algún aspecto, idea o pensamiento, y que os hagan pensar de vez en cuando, pensamientos que me encantaría que compartierais.

Para cualquier sugerencia, pregunta, duda o si, simplemente, queréis poneros en contacto conmigo por cualquier otro motivo podéis dejarme un comentario por aquí o mandarme un correo a: miriam.garciatorija@gmail.com. Estaré encantada de responderos! 

Gracias por leer estos relatos y por ayudarme a rellenar cada página de este cuaderno.