Capítulo 1: Mirta.
Y la niña miraba a las
estrellas anhelando libertad, inconscientemente claro, pues nunca la había
conocido.
Ella creía que había algo
más aparte de lo que conocía , sabía que tenía que existir algo más, mas allá
del largo pasillo.
Pero no sabía el que. Por
eso miraba a las estrellas, con la esperanza de que la diesen alguna respuesta.
Algo que no tenía desde aquella vez…
Todos dirían que son
fantasías de niños, que no pasó y afirmaron que su gran imaginación jugó con
ella más de lo normal. Pero claro, lo que todos ignoraban era que para Mirta,
su imaginación, era su mundo y que sin ella se sentía como la vez que se perdió
en el supermercado de una ciudad desconocida en la que, según la había dicho
había estado una vez.
Imagina una pradera. Con
una piedra en medio, una piedra muy grande. Pues donde tu “ves” una gran
piedra, Mirta veía un mundo. Un mundo por explorar y descubrir. Ella veía algo
precioso y entretenido, donde tu solo ves una hormiga, por ejemplo. A menos,
claro, que tengas la misma imaginación que Mirta.
Continuará...
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